“El alma humana tiene necesidad de verdad y libertad de expresión” Simone Weil

"Ni cogeré las flores, ni temeré las fieras” Juan de Yepes

JORNADA SOBRE CICLOS VITALES

Ayer, 9 de febrero, realizamos el curso "Ciclos vitales, erótica, maternidad y crianza". Fue una jornada intensa en muchos sentidos, por la altura y profundidad de los contenidos tratados, por los lazos que se establecieron en el grupo, la comunicación fluida y fácil y el fuerte trabajo colectivo.
Comenzamos con la reflexión sobre el Eros en una sociedad que ha roto la convivencia, la necesidad de recuperarnos como seres humanos y rehabilitar la trama de los vínculos sociales para hacer sublime el abrazo amoroso creador de vida. Amor, pasión, ardor erótico solo son posibles en una sociedad que haya recuperado su humanidad, su vitalidad y amor por la vida, son patrimonio del individuo que se tiene por tal, por sujeto de su propia existencia y su futuro. En definitiva una vida mediocre no puede sostener una experiencia erótica sublime.
En la segunda parte nos abrimos al proceso creador de la vida, el embarazo y el parto como asuntos de enorme trascendencia individual y también social. El parto como experiencia salvaje y como experiencia sagrada. Hablamos de las  hormonas que acompañan los más grandiosos actos humanos, del cuelgue amoroso que une a la criatura con la madre, de úteros vibrantes y partos en éxtasis. De la función castradora del miedo y los graves peligros que acechan en la sociedad actual al acto más natural y más sagrado que da origen a la vida.
Para finalizar nos acercamos a las formas de integrar en nuestro nicho la nueva vida, las nuevas criaturas. Hablamos de crianza desde la experiencia, desde la escucha y el sentido común. De recuperar el instinto, la observación, la reflexión y la tradición. Hablamos de educar desde el ser y no desde el decir, de madres que amplían su perspectiva vital en lugar de verse limitadas por su nueva condición, de padres que ofrecen su aporte varonil a la crianza y de criaturas que no son objeto sino sujeto de su crecimiento.
Concluimos que educamos para vivir en este mundo, con el horror y la degradación que le son propios, y rompimos los binomios que todo lo falsean quebrantando los paradigmas dominantes y los pares de opuestos sobre permisividad, severidad y exigencia en la educación.
Lo mejor del día, desde mi punto de vista fue el grado de movimiento interior y concentración que alcanzamos. Despiertos los sentidos, la inteligencia, las emociones, los instintos. A lo largo de la jornada la oxitocina inundó mi cuerpo en muchos momentos al evocar situaciones vividas intensas y amorosas, potentes y salvajes, también al compartir con tanta intimidad esas experiencias con personas que, en muchos casos, unas horas antes ni siquiera conocía.
Gracias a todas y todos los que estuvísteis ayer con nosotros.





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